Más fuerte que el hambre

 

 

Brazzaville es la capital de la República del Congo. Al otro lado del río se encuentra Kinsasa, la capital de la República Democrática del Congo. Este es el único lugar del mundo donde dos capitales nacionales se sitúan en orillas opuestas de un río. Juntas tienen una población de casi 12 millones de personas.

La mayor parte de las carreteras del centro de Brazzaville están en estado lamentable y llenas de baches. Los partidos de fútbol frecuentemente acaban en batallas campales entre los partidarios de equipos rivales.

Kinshasa, por su parte, está considerada una de las ciudades más peligrosas de África, y los robos, violaciones, y violencia de bandas es común. Es por tanto un lugar muy raro para una asociación de caballeros elegantes. Pero la Société de Ambianceurs et Personnes Élégantes no es una asociación cualquiera. Es el nombre de una subcultura única en su clase, cuyos orígenes se remontan a la primera llegada de colonos franceses al Congo. Los habitantes, impresionados por la moda de los europeos, empezaron a imitarles.

Le Sape, como se conoce al movimiento, se inspira en el estilo francés, pero es mucho más que eso; es una forma de expresión que realmente comenzó cuando los primeros congoleños tuvieron la oportunidad de visitar París y volvieron vestidos como caballeros.

El nombre se debe a un malentendido lingüístico, un error al entender la palabra saper en francés,(socavar), pero en algún momento a alguien se le ocurrió que podían ser unas siglas: “la sociedad para el avance de las personas elegantes». Lo más sorprendente de los sapeurs es que la mayoría viven en barrios extremadamente pobres, y casi ninguno tiene un empleo.

Sin embargo, se gastan miles de euros en ropa y accesorios caros, y si es posible prefieren obtenerlos directamente de Europa.Todos sueñan con algún día poder viajar a París y comprar la ropa ellos mismos. Esto, en un país donde el salario normal ronda los 300 dólares.

La dedicación de estos hombres -y algunas mujeres- es realmente admirable porque no sólo se trata de llevar ropas caras. Ellos se ven a sí mismos como embajadores del buen gusto y ven verdad y espiritualidad en la harmonía del color. La mayoría de ellos tienen que sobrevivir como pueden, habitualmente alquilando la ropa para ocasiones especiales; pero creen firmemente en la elevación a través de la elegancia. “Incluso si un sapeur no tiene nada que comer”, dice uno de ellos, “no importa, porque llevar ropas hermosas es alimento para el alma”.

Baudelaire escribió sobre el dandismo: «Un dandi no debe tener más profesión que la elegancia…ningún status que no sea el de cultivar la idea de la belleza en su propia persona”. El dandi debe aspirar a lo sublime sin distracciones; debe vivir y dormir delante de un espejo”. Y Albert Camus escribió: “La ocupación del dandi es ir a la contra. Sólo existe desafiando. El objetivo del dandi es siempre asombrar. La singularidad es su vocación; el exceso, su camino hacia la perfección.”

Los dandis en la Inglaterra de los siglos XVIII y XIX eran normalmente hombres de clase media que imitaban el estilo aristocrático, pero al mismo tiempo se rebelaban contra la norma y eran estoicos en su individualidad. Los sapeurs no tienen más objetivo que el de cultivar su idea particular de belleza y el de satisfacer sus pasiones; y en esto se acercan mucho a las descripciones de Baudelaire del dandi.

Bien podríamos considerar al Sape un dandismo a la africana. No es lo mismo ser un ingeniero occidental que lleva un traje a medida que ser un sapeur. Hay un componente ético y casi espiritual también. No está exento de contradicciones tampoco -“aunque un sapeur no fume debe saber encender correctamente un puro” – pero aquí es donde radica lo maravilloso de la idea. Como decía Coco Chanel, “la elegancia no es ponerse un vestido nuevo”. Es una actitud y una forma de vivir la vida. Es la búsqueda de la originalidad y el estilo propio, inventar la propia personalidad. Los sapeurs, de hecho, se inventan nombres a menudo ridículos: ‘Parfait le Bodeur‘, ‘Serge le Temoin de Playboy‘, ‘Baleine Sarkozy‘ or ‘Christian Dior‘.

Pero es un movimiento que trasciende la imagen. Se basa también en valores como el pacifismo y en un saber estar en sociedad que hace de ellos los invitados perfectos y los grandes referentes en un ambiente de pobreza y condena social. Y aunque sus estilos sean muy personales, ellos comparten un sueño, un objetivo común, y es que todos quieren ser caballeros y elegantes.

© Josefina Escudero

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