El networking femenino (I)

Hay pocas cosas realmente relevantes en los negocios o la vida que se puedan hacer completamente en solitario. Hasta los escritores y los filósofos necesitan compartir sus manuscritos e intercambiar ideas. Por mucho que queramos creer que Picasso era un genio aislado, realmente era un hombre increíblemente social. De hecho, no se puede entender su intensidad artística si no es conociendo sus apasionadas historias de amor, su participación en las tertulias de artistas, su diálogo gráfico con Gauguin, Van Gogh o Cézanne; su descubrimiento de las máscaras africanas junto con Derain y Matisse. Su rivalidad con Braque y su rivalidad –ésta alimentada por Gertrude Stein – con el propio Matisse, con quien incluso intercambiaba lienzos, para cada uno analizar lo que hacía el otro. El cubismo no surgió por generación espontánea ni de una sola mente iluminada, fue un trabajo de equipo.

Networking puede definirse como una actividad donde personas con intereses en común se reúnen para intercambiar opiniones, hacer o potenciar contactos de trabajo. Es una actividad socioeconómica, no sólo social, donde los intercambios son de calidad, mucho más productiva y comparativamente mucho menos costosa que acciones de relaciones públicas o de publicidad. Hay networking que posibilitan las redes sociales e internet, pero la calidad de las interacciones es mayor en encuentros cara a cara.

Es erróneo pensar que el networking tiene lugar sólo en convenciones, reuniones o en eventos específicos. El networking puede y debe ocurrir en todas partes. Hasta en la cola de la carne y en el dentista. Es muy fácil confundirlo con socializar, ahí es donde tenemos que estar atentos. Un evento afterwork no siempre es un evento de networking. Aunque puede servir para afianzar relaciones en un grupo o el fortalecer el espíritu del equipo, no necesariamente tiene ese componente más profesional que muchos de los que asisten esperan. Hoy en día a cualquier cosa se le llama networking.

Los eventos de networking pueden asumir muchas formas. Los hay exclusivamente para hombres, los hay sólo para mujeres y por supuesto los hay mixtos. Pero cada uno tiene sus peculiaridades y definitivamente son diferentes. Veamos un caso, el networking de la sauna.

Finlandia

 

Finlandia es el país con el mayor número de saunas per cápita del mundo, unos 3 millones de saunas para 5,3 millones de personas. La sauna es tan importante para los finlandeses en los negocios como el golf lo puede ser para los Japoneses o Americanos. Cumple un papel muy importante en la sociedad finlandesa, porque dentro de una sauna dos personas son exactamente iguales, sean un ministro o un leñador. Al presidente Urho Kekkonen le gustaba mucho celebrar reuniones con dignatarios rusos en la sauna, donde ni las malas intenciones se pueden esconder. Se dice que cuando Kekkonen quería enfatizar un aspecto de la conversación, rociaba más agua sobre las piedras calientes para que la temperatura se elevara considerablemente, y así, a fuego lento, abrasaba a sus invitados. Cuentan que un día torturó a un pobre Nikita Khrushchev de esta manera hasta las 5 de la madrugada .

A pesar de ser algo tan intrínseco a la cultura finlandesa, un ritual social donde se conversa y se fortalecen vínculos y relaciones personales, lo cierto es que la sauna no es un lugar donde necesariamente se junten hombres y mujeres, especialmente en el ámbito corporativo. De hecho, el uso de las saunas en el entorno empresarial ha generado un debate abierto en Finlandia. En las saunas se cierran muchos acuerdos de negocios y muchos entienden que si sólo hay hombres esto puede suponer un obstáculo para el avance de las mujeres en el mundo laboral.

¿Cuáles son las diferencias entre los hábitos de networking de los hombres y las mujeres? ¿Cómo han evolucionado ambos? ¿Cómo deben hacer las mujeres su networking? Son temas de los que hablaré en la segunda parte de este artículo.

©Josefina Escudero

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