La reina Isabel II de Inglaterra cumple sesenta años de reinado. Sin duda alguna ella es un gran legado de buena educación, cortesía impecable y serenidad en momentos a menudo muy difíciles. Todo un ejemplo de dominio de la inteligencia emocional y social, las buenas maneras, el protocolo y sobre todo, la diplomacia de Estado.
Lo que en muchas ocasiones se tachó de frialdad y distanciamiento hacia el pueblo al que representaba, con el paso del tiempo se ha comprobado sin embargo, lo conveniente de esta postura, vista como máxima muestra de respeto, coherencia e imparcialidad.
Su tan discutido estilo en el vestir, es considerado por muchos, además de una magnifica estrategia como jefe de Estado, un ejemplo de modernismo. Aunque no siempre fue así.
¿Crees que es conveniente que un líder, por respeto a todos, no transmita sus propios sentimientos, apetencias, simpatía o rechazo, afinidad o desaprobación en el ejercicio de sus funciones?
¿Consideras este dominio de las emociones una muestra de madurez, un gesto frío de distanciamiento, o una responsabilidad ante las obligaciones del cargo?
© Josefina Escudero