Navidad, la fiesta más familiar por excelencia, está a la vuelta de la esquina. Y puede que este año te toque a ti recibir en tu casa a los amigos, familiares o colegas.
Puede también que te preocupe cómo hacer para causarles la mejor de las impresiones y facilitaros todos la vida. Y de paso, aumentar tu carisma y buena fama.
Hay un truco muy fácil para acertar: Ponte en lugar de los invitados. Verás qué pronto te sale la lista de lo que sí y lo que no.
¿Has tenido malas experiencias?
Si alguna vez has tenido una mala experiencia como invitado de fin de semana sabes perfectamente lo mal que se siente uno. Pelos del perro en las sábanas, ventanas totalmente desnudas, nada para cenar, nadie para recogerte en el aeropuerto, llegar a la casa y encontrarte en la calle porque nadie ha llegado todavía.
Ninguna de estas situaciones es lo que imaginamos cuando alguien insiste en que vayamos a su casa. Si tienes amigos o familiares que van a quedarse en tu casa en Navidad o en cualquier otro momento del año, haz que su estancia sea cómoda y agradable, hazle sentir que son bien venidos, que te encanta tenerlos y que no estorban lo más mínimo. Preparar cestas de fruta o centros de flores como bienvenida está muy bien, pero no es lo más imprescindible llegado el caso. Interesa más anticiparse un poco y programarse bien para poder ofrecerle una estancia a la altura del momento.
Los siguientes 10 puntos te ayudarán a que la experiencia de tener huéspedes en casa sea un gran momento para todos, y no tienen fecha de caducidad. Valen para cualquier época del año y circunstancia.
1.- Prepara la habitación de invitados con lo imprescindible. No necesitas dejarla como una habitación de un cinco estrellas, pero sí debe reunir ciertos básicos para garantizar un mínimo de comodidad. Sábanas limpias, la cama hecha desde luego, una manta extra, lámparas que funcionan, ventanas con cortinas, persianas o contraventanas, que protejan de la luz exterior, toallas de baño limpias y en buen estado, papelera, enchufe para el móvil u ordenador, y al menos parte del armario libre para su ropa.
2.- Reconfirma la fecha de llegada y periodo de estancia. Puede parecer una tontería, pero no tener esto claro puede alterar absolutamente todo, desde no tener la casa preparada, hasta no ir a recogerle a la estación si habíamos quedado en ello.
3.- Infórmate si tiene alguna enfermedad o alergia. Si nuestros invitados son alérgicos a ciertos alimentos, por ejemplo, conviene saberlo con antelación para tener dispuesto algo de lo que puedan comer. Lo mismo para los niños si los tienen.
4.- Informa a tus invitados del plan que has preparado. Si has programado alguna actividad especial, coméntaselo antes de que se pongan de viaje, para que puedan hacer las maletas con todo lo que puedan necesitar, -botas para la montaña o un smoking para un concierto- . Es un buen momento para preguntarles si hay algo interesante que les gustaría ver o hacer.
5.- Reserva un lugar para que aparquen. Es posiblemente uno de los detalles que más agradecerán. Si vienen con su coche y en tu zona hay problemas de aparcamiento, reserva un parking para ellos. Si hay garaje en tu casa, puedes preguntar a algún vecino que deje el suyo libre por irse de vacaciones fuera, a algunos amigos de la zona, o puedes ocupar estratégicamente algún aparcamiento en las calles próximas a tu casa con el coche tuyo o de tu pareja. Y si ya les dejas a ellas la plaza de tu garaje y dejas tu coche fuera eso supone muchos enteros a tu favor. Otra cosa es si ellos lo consienten.
6.-Dales una cálida bienvenida. Aunque el o los invitados lleguen a las tantas de la noche en el último vuelo, por ejemplo, ten la casa viva para recibirlos, con luz encendida, y un lugar acogedor para que puedan sentarse y relajarse cómodamente.
7.- Ofréceles algo caliente. De nuevo, no importa la hora que sea, cuanto más tarde más se agradece una caldito o un tentempié. O algo fresco si es tiempo de calor.
8.- Enséñales el dormitorio y ayúdales con el equipaje. Indícales dónde están las luces, los interruptores, los armarios a su disposición, la ropa extra de cama que puedan necesitar, el baño con todo lo imprescindible para su aseo. Aprovecha para indicarles cómo funciona ese mando tan moderno de la ducha, o el truco para tirar de la cadena sin que gotee toda la noche. Cosas que pueden parecer una tontería pero que a ellos los pueden meter en situaciones incómodas.
9.- Enséñales las zonas comunes lo antes posible. Así sabrán qué es cada habitación y no se meterán por error donde no quieren ir. En la cocina, diles cómo funciona la cafetera y cualquier electrodoméstico que necesiten utilizar durante su estancia.
Se trata de que se sientan parte de la familia, así que podemos pedirle ayuda con alguna función doméstica que no sea pesada o incómoda, pero poner la mesa o secar los platos seguro que les hace sentirse aceptados.
10.- Déjale tiempo libre sin programar. Está bien que nos ocupemos de que aprovechen su estancia en nuestra ciudad lo más y mejor posible. Por eso, puede que agradezcan un poco de paz y tranquilidad para hacer lo que les apetezca de vez en cuando. No es cuestión de que, después de estos días juntos, ninguno necesitemos un balneario donde reponernos de un maratón.
© Josefina Escudero