Los zurdos lo tienen difícil en Arabia Saudita

Si hay un país en el que antes de negociar en necesario socializar mucho , ese es Arabia Saudita.  Conocer sus costumbres y su cultura le abrirá puertas y le evitará malentendidos innecesarios y peligrosos.

Hablar de cultura en los paises árabes es hablar de religión. Entre sus obligaciones más destacadas los saudíes rezan cinco veces al día , al alba, al medio día, por la tarde , al anochecer y por la noche.

Es el país islamista más estricto en temas de costumbres y la religión  controla todas las actividades de la vida. El Corán es la constitución de Arabia Saudita y la sharia (ley islámica) es la base de su sistema legal, ninguna otra religión puede practicarse públicamente en el país .

Arabia Saudita es una monarquía que se mantiene como un sistema feudal gobernado por la dinastía de los Al-Saud. No hay democracia ni partidos políticos.

Existe segregación sexual. La religión prohíbe a la mujer trabajar o conducir, en realidad la vida pública es exclusiva del dominio del hombre, existen muy pocas ocupaciones abiertas para las mujeres sauditas.

Hay una policía religiosa que vigila que la mujer vista de manera decorosa, los teatros y los cines están prohibidos y la homosexualidad se considera un delito que puede castigarse con la muerte.

Tradicionalmente los hombres utilizan una vestidura de algodón o lana que les cubre hasta los tobillos (conocida como «thawb») y una «ghutra» (un pañuelo cuadrado de algodón que se pone en la cabeza y se mantiene con cordones de diferentes estilos). Si salen de casa las mujeres deben ir acompañadas por un hombre de la familia, marido, hijo mayor , padre o hermano y deben usar una túnica larga negra (abaya) y un velo (niqab) y cubrirse incluso hasta las manos. La ley islámica no se aplica a los extranjeros pero se recomienda la modestia y propiedad en la vestidura.

 

Así, el hombre extranjero puede llevar un traje de corte clásico y la mujer vestir con escote cerrado, siempre por debajo de la rodilla y los brazos tapados hasta los codos. Es bien aceptado que lleve el pelo mejor recogido que suelto y poco maquillaje. Tampoco joyas ostentosas. El perfume se rechaza a menos que no lleve alcohol, que junto con la carne de cerdo está prohibido , al igual que nuestro cepillo de dientes occidental , que se sustituye por un palillo llamado sewak .

No existe el turismo de recreo y los visados se conceden únicamente por motivos de negocio o visita a familiares. Este visado ya sirve para moverse por todo el país.

El árabe es el idioma nacional aunque convive con otras lenguas. Tradicionalmente el inglés ha sido el idioma de los negocios, pero  en mayo de 2012 The Gulf News publicó que el Ministro del Interior había anunciado que se abandonaba esta práctica “innecesaria” para utilizar exclusivamente el árabe en los negocios y el calendario gregoriano será sustituido por el lunar Hijri. De ser así, y a menos que hablemos árabe, será necesario el uso de un intérprete.

El fin de semana lo constituye el Jueves y el Viernes, por lo que la semana laboral es considerada de sábado a miércoles. Así mismo los días festivos son diferentes a los de la cultura occidental ya que usan calendarios lunares de 28 días. Dos son los más importantes el Aid-al-Fitr (tres dias de fiesta que indica el final del Ramadán) y el Ramadan que dura 28 días . Como cada año las fechas varían, hay que estar pendiente cuándo son, y mejor no acordar visitas de negocios en esta época. Si no hay otra forma de conocer el calendario, puede lograrlo llamando a la Embajada de A.Saudí en España, o de nuestra Embajada u Oficina Comercial en Ryad, la capital.

Fumar, comer o beber en público durante el mes del Ramadam está penado con cárcel para los saudíes, o con expulsión inmediata del país para los extranjeros.

El mercado laboral de Arabia Saudita es flexible, dado que el coste impuesto por el Gobierno para tomar o despedir trabajadores es escaso.

Las citas de negocios,- conviene hacerlas con un mes de antelación y ofrecer dos o tres fechas disponibles-, no son usualmente privadas y generalmente están interrumpidas por llamadas telefónicas de amigos y familia. Si viviéramos la extraña situación de que en la reunión haya una mujer, no la saludaremos ni la miraremos, a menos que nos sea presentada. En este caso haremos una breve inclinación de cabeza u otro gesto de cortesía, pero no la tocaremos, por lo que no debemos darle la mano.

Las mañanas son más adecuadas para las citas de negocios, aunque no es raro mantener una cita por la noche incluso a media noche.

A la hora de tratar de negocios,- ellos se habrán informado de quiénes somos- la formalidad, la cortesía y cierta reserva caracterizan al ejecutivo saudita, en particular si se trata de un hombre de negocios de edad y apegado a la tradición. Guardar las apariencias es muy importante; los asuntos de familiares, amigos y conciudadanos tienen prioridad sobre los negocios; la voluntad de Dios gobierna todas las actividades y se le menciona con frecuencia en la negociaciones y reuniones sociales. Los árabes no se apresuran, piensan que las actividades se llevarán acabo cuando Dios quiera. Por tanto requeriremos de grandes dosis de paciencia cuando negociemos con ellos. De paciencia y de tiempo. Para esto el valor del tiempo reside fundamentalmente en que sirve para que las cosas maduren.

Los sauditas se colocan cerca de la gente y puede darse contacto físico; entre los hombres mantener la mirada es signo de confianza. Es positivo realizar gestos para dar énfasis a lo que se dice.

Al principio y al final de las reuniones se suele ofrecer te o café que debemos aceptar. Son los indicadores de cuándo debemos comenzar o finalizar.

Protocolo en los tratamientos

A la hora de dirigirnos a ellos utilizaremos primero el título que ostenten seguido del primer nombre . Mister Abdullah, Sheikh Abdullah ( Jeque,) – que significa el que conoce el Corán -, y es para personas de alto nivel pero que no pertenecen a la realeza, Prince Abdullah, (Príncipe) . En cuanto a los miembros de la familia real el tratamiento es de Su Alteza “Your Highness” y ministros Excelencia, “Your Excellency”.

No debemos alabar los objetos que se encuentran en la casa o el despacho de nuestro anfitrión, pues la amabilidad saudí puede interpretar la necesidad de regalárnoslos.

Es esencial contar con el apoyo de personajes influyentes -miembros de la familia real o allegados como altos funcionarios del gobierno- para establecer contactos y preparar el terreno.

En la toma de decisiones el control está altamente centralizado, los altos funcionarios del gobierno y miembros de las familias que integran la élite local llevan las riendas del poder. Recientemente ha surgido un nuevo grupo de mandos intermedios con excelente preparación, en donde la toma de decisiones son menos tradicionales y más descentralizados.

Y un último consejo para abordar las negociaciones. Los árabes son excelentes negociadores, cuidado no caer en sus redes. Debemos conocer sus tácticas, y tratar de hacerlas nuestras, es la única manera de salir airosos y contentos. No olvidemos que a ellos le interesa sacar siempre mayor ventaja y provecho en los acuerdos.

No debemos caer en sus exigencias a la primera dificultad que nos presenten ni retroceder en las nuestras. Es mejor un “aparente abandono” o retirada alegando que no cumplen nuestras expectativas. Esta postura, nos dará credibilidad y respeto. No apresurarse a dar contra-ofertas. Siempre habrá un momento para eso. Busque que el otro lado cambie su oferta bajo la presión de que usted está “desilusionado”. La paciencia es la regla del juego.

 Y saber entender también dónde está el límite. A la hora de firmar un acuerdo o contrato no use la mano izquierda.

Prácticas sociales

La forma de saludar es un apretón de manos  prolongado y suave. Si el encuentro tiene lugar en un majlis o diwan -casas particulares- hay que estrechar la mano de todas las personas presentes.

Las expresiones de saludo son bastante elaboradas. Se dice Assalam Alaikum (Hola, literalmente: “la paz esté contigo”) a lo que se responde Alaikum Assalam (“y contigo la paz”); a continuación se dice, kaif halak? (¿cómo esta Ud?). Otras frases comunes son: Sabaah al-jair (buenos días), Massa al-jair (buenas noches) y shukran (gracias). Un detalle hacia ellos y que agradecen es que tratemos de hablar al menos las palabras básicas, aunque fallemos en la fonética y no pronunciemos muy correctamente. Pero es muy buena forma de expresarle nuestro respeto y consideración . No podemos plantear ningún negocio o reunión que sea contrario al Islam. Debe evitarse hablar de ciertos temas como la religión, el conflicto con Israel o el papel de las mujeres en la sociedad. Tampoco deben hacerse preguntas sobre la manera de vestir. Temas de conversación favorables son: el progreso económico del país, la historia, el arte y los deportes (fútbol sobre todo).

Al igual que en otros países islámicos, no debe preguntarse por la “esposa” o los “hijos” e hijas” ya que puede interpretarse como una falta de respeto. Es preferible utilizar el término genérico de “familia”.

Las comidas y cenas entre empresas son habituales. La conversación de negocios debe realizarse una vez que se ha terminado de comer. Es el anfitrión quién debe comenzar. La cortesía aconseja mostrarse interesado por la elaboración de los platos y probar cada uno de ellos. Suele comerse de un plato común y a veces con la mano, que será siempre la derecha . Si por alguna razón usted no puede usarla, pida cubiertos antes de usar la izquierda.

Orden gastronómico

La variedad de los platos, en una comida, es numerosa; se comienza con unas tapitas «mezze» como entrada, con pastas de varios tipos para untar en pan de pita, o hasta fruta seca, se integran el hummus, el falafel, el babaganoush, el labneh, el tabbouleh, pastelitos rellenos.

Se continúa con el plato principal de carne de vacuno o cordero, arroces, ensaladas, aceitunas en escabeche verdes o negras, pan de pita. Brochetas de carne al carbón, guisados especiados.

Al final, frutas frescas, pastelitos dulces, budines y café al estilo turco.

Ya he dicho antes que la mano derecha se usa para comer y la izquierda solo para las obligaciones con la higiene. No podemos dar ni recoger objetos con esta mano. Al sentarnos debemos no mostrar nuestra suela de los zapatos ni dar la espalda a nadie. No se bebe alcohol a menos que nuestro anfitrión lo haga, cosa poco frecuente.

Cuando la mujer está invitada a comer se sitúan en comedores separados. Los restaurantes tienen dos puertas de acceso, una para hombres y otra para mujeres.

Llevar regalos a las mujeres de la familia, si somos invitados a una casa particular, no podemos hacerlo. Pero para los niños o algo para el anfitrión está muy bien considerado. No ha de ser caro pero si de buena calidad. Hay que averiguar antes los gustos y fobias de nuestro interlocutor.

©  Josefina Escudero

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