Nos está llevando muchos siglos pero finalmente parece que estamos empezando a creernos que el mundo sería un mundo más justo, más coherente, más equilibrado, más eficiente y menos exagerado y brutal, si las mujeres lo administraran.
Quizás queden muchos años para que las propias mujeres se lo crean, pero ya es una clara tendencia y esperemos que sea imparable. Islandia es el último ejemplo de como una economía puede ser absolutamente devastada en pocos años, por un exceso de testosterona, pero luego puede ser reconstruida por las mujeres.
Aunque algo se ha logrado avanzar, y en el 2011 por primera vez mujeres ocuparon más de 1/10 de puestos en consejos de administración a nivel global, todavía queda mucho por flexibilizar el trabajo -de hecho, habría que redefinirlo-para que las mujeres puedan acceder a los puestos de alta dirección sin tener que renunciar a la familia.
Larga es la tarea que le queda a la mujer para conquistar ese espacio de manera definitiva y sin complejos ni culpas.Y esta es condición inaplazable para lograr un mundo más justo, más inteligente y tal vez más feliz.
© Josefina Escudero