Purim

Coincidiendo con los días 14 y 15 del mes de Adar del calendario litúrgico hebreo, el próximo 7 de marzo de 2012 los judíos de todo el mundo celebrarán la fiesta de Purim, una ocasión muy particular en la que se mezclan de manera extraordinaria la piedad religiosa y el amor por la diversión.

La justificación documental de esta fiesta (la palabra Purim procede de Pur, que significa “suerte” o “sorteo”) se encuentra en el libro bíblico de Ester. En esta obra, redactada posiblemente durante el siglo II a. C., se tratan las penalidades que sufrieron los judíos en la corte del rey Jerjes (Asuero), entre 485 y 465 a. C. La acción transcurre en torno a Ester, una judía que llega a la corte de Asuero para sustituir a la reina Vasti, que había caído en desgracia. Con la ayuda de otro judío, Mardoqueo, la reina Ester consigue desbaratar una conspiración para matar al rey que había urdido el canciller persa Amán.

Furioso, Amán buscó la ruina no solo de Ester y Mardoqueo, sino de todos los judíos del reino. Así lo cuenta el libro de Ester:

Amán, hijo de Hamdatá, de Agag, enemigo de todos los judíos, había proyectado exterminar a los judíos y echó el “Pur”, es decir, la suerte, para su ruina y exterminio. Pero cuando se presentó al rey, para hacer ahorcar a Mardoqueo, su proyecto se volvió contra él, y los males que había meditado contra los judíos cayeron sobre su cabeza, siendo ahorcados él y sus hijos. Por esta razón, estos días son llamados “Purim”, de la palabra “Pur”. Asimismo, por todo la relatado en esta carta por lo que ellos mismos vieron y por lo que se les contó, hicieron los judíos de estos días una institución irrevocable para sí, para sus descendientes y para todos los que se pasaron a ellos, conforme a este escrito y esta fecha, de año en año. Así, estos días de los Purim, conmemorados y celebrados de generación en generación, en todas las familias, en todas las provincias y en todas las ciudades, no desparecerán de entre los judíos, y su recuerdo no se perderá entre sus descendientes. (Ester 9, 24-28)

El final feliz de los judíos y la destrucción de su malvado enemigo Amán hicieron que este acontecimiento en un motivo de alegría y, tal como asegura el propio texto bíblico, Purim se celebra “de generación en generación, en todas las familias, en todas las provincias y en todas las ciudades”, y su recuerdo ha permanecido intacto hasta el día de hoy. Puesto que el judaísmo ha hecho de la tradición y del protocolo ceremonial uno de los pilares de su supervivencia a través de los siglos, en la fiesta de Purim, igual que en cualquier otra celebración judía, podemos observar ciertas actitudes y actos que observan rigurosamente todos los participantes en la fiesta.

En la actualidad, las celebraciones religiosas tienen cuatro mandamientos obligatorios (mitzvot) que cumplir: el primero, y punto culminante de Purim, es la lectura pública del libro de Ester (Meguilat Ester). La peculiaridad de esta lectura pública reside en el hecho de que, cada vez que se pronuncia el nombre de Amán, los fieles hacen sonar unas carracas o simplemente abuchean en señal de desaprobación. En el siguiente video podemos ver una lectura del Meguilat Ester en una yeshivá (escuela de estudios judíos dirigida por ortodoxos).

La segunda mitzva (singular de mitzvot) consiste en mostrarse alegre. La gente suele disfrazarse y se celebran fiestas, en las que no es raro que se abuse de la comida e, incluso, del alcohol. La tercera mitzva consiste en hacer regalos, generalmente nueces, a familiares y amigos. Por último también hay que ofrecer regalos a los pobres. En este otro enlace vemos otra lectura de laMeguilat Ester en un contexto mucho más ludico, en el que no sólo los niños y adultos presentes, sino incluso el rabino que lleva a cabo la lectura está disfrazado.

La próxima fiesta de Purim nos ofrece la oportunidad de conocer un poco mejor a uno de los pueblos con mayor antigüedad del mundo y con el que desde hace muchos siglos nos unen lazos culturales y de sangre. Feliz Purim o, en hebreo, Hag Purim Sameah!

 © Javier Alonso